Es muy importante que las mujeres tengan conocimiento URGENTE de lo PELIGROSO que resulta el uso del Cytotec (Misoprostol) para interrumpir un embarazo no deseado.
Ultimamente se ha generalizado el uso de este fármaco debido a la situación legal del aborto en América Latina, ocasionando miles de complicaciones, hospitalizaciones e incluso muertes de mujeres por esta causa, y pocas veces se le da difusión de manera masiva.
Existen cientos de páginas en la red que informan (de manera parcial y poco objetiva), ofrecen y venden el Cytotec a las mujeres desesperadas que ingenuamente se creen el cuento de que “no hay complicaciones” pero la realidad es otra y es terrible.
Acerca de los peligros de automedicarse
En algunos casos la hipersensibilidad de la mujer al remedio puede ser tal, que el remedio provoque una ruptura repentina del útero; luego de ser ingerido o hasta más tarde. Esto puede ser fatal sino se tiene la posibilidad de una asistencia médica y hospitalaria de inmediato. La ruptura del útero puede suceder más fácilmente en mujeres que tienen un historial de cesárea o embarazos anteriores. Si nada de esto ocurre y la hemorragia se consigue controlar en casa; y esto no provoca la muerte de la embarazada, algo raro de suceder, puede por lo tanto estar sucediendo otra situación de alto riesgo. Restos del feto o de la placenta pueden haber sido retenidos dentro del útero durante todo este tiempo y haber provocado una infección local. A veces, el remedio produce que se desprenda la placenta, con la consecuente muerte del bebé, sin que el bebé sea expulsado. La embarazada piensa que no sucedió nada, no visita a un médico, pero en realidad está reteniendo el aborto.
Tanto el aborto retenido como los restos fetales y de la placenta, pueden hacer que pus se acumule en el útero, tratando en vano de destruir los restos del feto y de la placenta, que deberían haber sido removidos por medio del legrado (raspaje) dentro de un hospital días antes. Los dolores y las hemorragias pueden cubrir otros síntomas que harían sospechar, a una embarazada primeriza, que algo más pudiera estar sucediendo. En la medida que el pus se acumula, este va invadiendo el torrente sanguíneo de la embarazada y puede esparcirse por todo su cuerpo. Esto se conoce con el nombre de septicemia. Cuando se llega a este cuadro, la única conducta correcta es la remoción de los restos del feto y de la placenta, e internar inmediatamente a la paciente en una unidad de terapia intensiva.
Hay un cierto número de muertes por septicemia, aunque hayan sido internadas en la UTI, causadas por el uso de estas sustancias.
Muchas de las muertes producidas por el aborto en general, y algunos causados por el uso del pastillas abortivas se deben a la septicemia. Si no sucede la septicemia pero hay retención de restos del feto o de la placenta, por un tiempo, estos tejidos se vuelven necrosis y son difíciles de remover por medio del curetaje; frecuentemente junto con la remoción de los tejidos con el curetaje es inevitable tener que remover una parte de los tejidos del endometrio, que es la parte más interna del útero. Las paredes internas del útero constituyen el endometrio, por este motivo acaban adheriéndose unas a otras causando esterilidad en la mujer.
La mayoría de las muertes causadas por el uso de pastillas abortivas en América Latina, no son por hemorragias o por septicemia. La mayoría de las muertes ocurren semanas o meses después y no se debe propiamente al uso de las pastillas, pero si al uso casero de estas, que jamás debería ser utilizado sin supervisión médica.
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